CoMuNiCaDo NrO 54 del EZA

Nos toca ser testigos presenciales de este tiempo cínico. Más que cínico circense.
Los payasos son los de siempre, los pintados ejecutantes de la maquinaria estatal de turno, los políticos que jamás se fueron.
Estos por un lado, por el otro, lo que no solo nunca se fueron, sino los que siempre estuvieron, los dueños de las pampas, las sociedad rural, los que desde las matanzas de aborígenes se repartieron la tierra aniquilando a quien sea.
¡Este es el gran circo! Con carpas frente al congreso de $8000 pesos de alquiler diarios, de toros inflables y tocatas de rugby, bien Carilo ¿no? Este conflicto que intentan poner como una guerra entre el bien y el mal, donde según quien mueva se alternan los lugares, no es más que una gran pelea por plata ¡¡Por quien se queda con la plata!! Los terratenientes o el Estado. El gran Apocalipsis es solo una determinación capitalista.
Todo esto presentado por los medios y sus publicidades, que según a quien respondan suman con su formación de opinión adeptos desinformados. En medio de esto la gente común, el verdadero pequeño productor, el ama de casa, el que menos tiene padece por este espectáculo armado por estos:
LOS DUEÑOS DEL GRAN CIRCO ARGENTINO. Inocentes que quedan enfrentados mientras estos payasos cocinan la gran torta del negocion de los alimentos. De mas esta decir que seguro llegaran a un arreglo, tanto para los ricos, tanto para el estado, y lo que queda, el hambre, la inflación, la explotación, las palizas policiales, las migajas de los restos, para repartir entre el pueblo, los desclasados, los muertos vivos.
El EZA repudia al campo terrateniente y usurpador, y al estado parasito que en definitiva son los socios en esta gran empresa del espectáculo que es la nación argentina, la que nos vende los medios, la esconde los muertos, la que se vende sin precio. Gane quien gane perdemos todos, EL GRAN CIRCO DEL HADA CRISTINA Y SUS PARTENERES EL PAYASO ALFREDO Y LAS URRACAS DE LA SOCIEDAD RURAL. Para ellos que siga el show!! Como siempre nosotros lo padecemos.

Buenos Aires Junio 2008

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