La ciudad siempre esta vacía en su hacinamiento voraz, fagocitando espacio/tiempo de las maneras mas truculentas, despiadadas, legalizadas y no.Buenos Aires niega el río, le da la espalda, como a tantas otras cosas naturales. Se amuralla, se enreja, saluda por el ventiluz de su cloaca Madero los reflejos que doran el marrón, sin más preocupación que su bronceado internacional.
-¿Estoy linda?-
Flaca, seguro, pero no de seguridad, no Sr.! ¡Ahí si que somos potencia!!. LA SEGURIDAD DE LA GRAN CIUDAD. Seguro que te meten preso, seguro que cierran una biblioteca popular, seguro que te piden coima, seguro que hay hambre…seguro que reprimen.
Ay Buenos Aires, jungla estupida de ladrillos huecos, de políticos huecos, de modelos huecas, de policías huecos, de huecos llenos de muertos ocultos tras el gran hueco de décadas de mentiras, del infame hueco oficialista de turno ¡De los llenos de guiíta ajena de turno!
Y la perinola de la desgracia declarándose nuestra…
La Reina del Plata, La Reina del Oro sucio, La Reina infame, La Reina mentira, La Reina esclavizante, La que niega, La que no quiere ver, La peor de las ciegas. En sus entrañas como surcos de sangre, los infatigables rulemanes de carne no detienen su marcha, se chocan, agigantan las distancias, se creen la vida. Esa vida. Mirando por Directv la matanza indiscriminada de zombis en Bernal, o el envenenamiento de pichones revividos con el amoniaco de la leche que el Estado les da. Y todo así, a todo botón. Un rápido zapping de dolor antes de dormir, un “que barbaridad” para mantener limpia la cristiana conciencia, para poder reposar tranquilo y reponer muerte, que mañana hay que seguir enriqueciendo a unos pocos, despellejándose si es necesario para que esto suceda. ¡Esto si que es estar vivo!!
¿Es estar vivo? puajjjjj
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